Mientras escribo este texto que mañana surtirá el blog, viajo a Valparaíso escuchando el exquisito rock de Frank Zappa, leyendo Idola, y la profunda convicción de sentirme libre.
Hoy me siento un viajero ciudadano, miro el paisaje y lo siento propio. Es mi cotidiano.
El rock se transformó en Groove Armada.
Sólo faltan días para cumplir dos sueños tan urgentes como propios, Roger Waters y Brasil. Los vi lejanos por mucho tiempo. Pero están ahí, en mi mano.
Hace días tengo el extraño afán de mirarme en tercera persona, gozo desde la perspectiva de un reportaje. Me siento protagonista y sin duda estoy en otra. Viviendo. Por fin viviendo.
Hoy me siento un viajero ciudadano, miro el paisaje y lo siento propio. Es mi cotidiano.
El rock se transformó en Groove Armada.
Sólo faltan días para cumplir dos sueños tan urgentes como propios, Roger Waters y Brasil. Los vi lejanos por mucho tiempo. Pero están ahí, en mi mano.
Hace días tengo el extraño afán de mirarme en tercera persona, gozo desde la perspectiva de un reportaje. Me siento protagonista y sin duda estoy en otra. Viviendo. Por fin viviendo.
1 comentario:
Bueno, muy bonito valparíso. Mucha sensación de libertad. Lo único que te perdiste fue un Malbec de Valdivieso 2003, de la pucha madre. Mucho equilibrio. Con unas ricas galletitas con crema y cibulette. Todo un agrado y un festín para las papilas gustativas. Igual se le extrañó. Aunque hubiera sido menos vino.
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