Jodida semana.

La semana pasada fue compleja en términos de agenda.

Podría ser lo más coprolálico del mundo para expresarlo, pero lo dejaré como que anduve medio colapsado.

Ya quedan sólo dos semanas para llegar a Buenos Aires. En realidad, dos semanas para salir de vacaciones y poder respirar un tanto más aliviado y desocupado.

Suena casi agrandado cuando digo que no tengo tiempo y que agendaré encuentros, pero es la puta realidad que me atañe en estos días. Hasta López sufrió los efectos de ello esta semana.

El otro día me comentaron que uno de los viejos de la barra, "Torres", le había dado una trombosis. Mañana recién sabré de él. Ese viejo fue delantero de Magallanes hace como cinco décadas y su mirada denota un poco de tristeza. El domingo luego de Santa Laura nos tomamos unos vinos juntos, él y los otros "muchachos". Lo paso bien ahí. El muchacho este, aparece en la foto que publiqué este lunes 27, es el último de la derecha.

Mañana partiré rumbo a Linares. Estará notable espero. Los gallos albirrojos están agrandados y se supone que nos esperan "violentamente". No creo que sean tan tercermundistas estos huasos como para hacer eso. Igual la salida creo que será más complicada. Por lo menos en Santa Cruz, cuando ganamos 1-0, los tipos tiraron una piedra a la cancha (que para su propio ridículo y desgracia le llegó a uno de los jugadores de Santa Cruz) y amenazaban con tirarnos piedras y patear los autos. De hecho los pacos nos escoltaron un rato hasta que pasó el peligro.

La foto es un pedazo de la Florida el miércoles recién pasado. Noche de paro. No andaba nadie a la hora que la saqué.

La semana que se viene no es menos intensa que las últimas dos. De hecho creo uqe ya estoy copado (creo, pues no tengo la palm mientras escribo).

Termino de escribir esto y me acuesto. Ya me bajó el sueño.