Para No Olvidar

Hay días que son los más esperados de la vida. En mi caso particular hay varios. Y uno de esos era ayer.
No sé cuantos meses estuve transmitiendo con que quería ir a ver al Salmón. La única vez que había venido, yo, escolar sin recursos ni siquiera pude preocuparme por su estancia. Por lo demás, por esos días se despedía Soda Stereo, y ese era en definitiva mi gran tema en términos musicales.
Anoche fui un fana. Un fana duro sin objetividad a la hora de evaluar el show. Por que definitivamente no es evaluable. Sólo es vivible. Disfrutable. Cantable. No pregunten si sonó mejor que Roger Waters, por que no lo sé (y no lo creo). No pregunten si se vio mejor que Police, por que no lo sé (y no lo creo). Pero pregunten si lo disfruté. Si, lo hice y full. Coreé todo, en medio de un calor de los mil demonios, de gritos estridentes y de guitarras definitivamente afiladas.
Si hay una buena diferencia entre Calamaro y los otros magnos, es la capacidad de ser un divo ciudadano. Una estrella de tablón de estadio. El tipo es un verdadero rockstar. Hasta polerita me compré.
Abrió con “El Salmón”, “Los Chicos”, “Mi Gin Tonic”, “Ok Perdón”, “Te Quiero Igual”, “Carnaval de Brasil”, “Cinco Minutos Más (minibar)”, “Soy Tuyo”, “Loco”, “Días Distintos”, “Paloma” y no se cuantas más. Terminó con “Flaca” en medio de un griterío y chiflada de los incondicionales. Faltaron varias, como “Para no Olvidar”, “Sin Documentos”, “Las Oportunidades”, “Media Verónica”, “La Libertad”, etc. Pero eso da lo mismo. Vino el Salmón y ahí fuimos.
La salida fue bestial. Tremendo taco sabandija. La hamburguesa, el Super8 y el hot dog coronaron una extraordinaria noche en YPF.
Gracias Fabián por la logística, transporte, compañía y amistad.
Fuenzalida, nos volveremos a ver.-