Camino al trabajo en la mañana decidí escribir, cachaba que había pasado algún tiempo, pero no tenía la certeza de cuanto. Y ahora me acabo de percatar, mientras escucho a Satriani, que han pasado 15 días. Mucho, considerando el “proyecto” de letrasgroseras inacabables, constantes y cambiantes.
No sé que pasa con los otros escritores. Quizás no les he dado mucho el pie para que escriban y publiquen en cualquier momento.
El sábado se casó Kanito. La ceremonia la ofició el cura Tito, quién de alguna forma representó a la Caro lo mejor de la iglesia (o no sé si lo mejor, pero si el lado simpático de la misma). La fiesta, que dicho sea de paso, era a las rechuchas, estuvo buenísima. Harta gasolina y buenas cumbias, que por supuesto no bailé (en realidad si lo hice, pero no me perdonaron eso del “centro de mesa”)
Anoche perdió Chile. Perdimos en realidad. Hoy leía titulares, y en todos o culpaban a Bielsa, o Bielsa se culpaba. Váyanse a la a chucha. El problema no pasó en estrategia. Pasó en huevos. Los jugadores hijos de la gran putísima no pusieron un solo mililitro de sangre. Sólo respuestas tibias. Pases sin sentido, carreras sin piernas y faltas ordinarias. Creo ciertamente que si Kaká hubiese nacido en Chile, ceteris paribus, tampoco tendría actitud. Lo mismo Shevchenko, que no haría goles o Gatusso, que sería un bebé de pecho en el medio campo. Lo que realmente pesa en el esquema deportivo chileno, es justamente eso, ser chileno. Como que estamos condenados al fracaso y los hinchas, condenados per se a sufrir y vivir en el limbo entre la esperanza y el masoquismo. De alegrías y triunfos ni hablar. Como pueblo no estamos preparados emocionalmente para resistir primeros lugares o triunfos colectivos, independiente del afán que tenga la plebe en ir rumbo a Plaza Italia a saltar de algarabía.
Después del partido fui al cine. Vi el Regalo, sin grandes pretensiones, pero con actores zorros y avezados, y un guión medio simple pero conmovedor, creo que es de las mejores películas chilenas que he visto en el último tiempo.
Luego salí caminando junto a la más linda polvo de estrellas.
La foto es de Fiestas Patrias en el parque Mahuida. Claramente no tengo poto, pero a la Caro le gustan esos pantalones. Bueno, a mi tambien.
1 comentario:
Y QUÉ IMPORTA EL POTO...CON TREMENDA ESPALDA QUE TIENES...UUUYYY!!!...PARA UN RASGUÑO....JAJAJAJAJA...
BUENA ENTRADA..COMPARTO LA OPINIÓN FUTBOLERA...EL PARTIDO DEL DOMINGO FUE UNA MIERDA...AL MENOS SE REIVINDICARON EL MIERCOLES ANTE ARGENTINA...PERO DURA ESO...EL PARTIDO Y YA.
SALUDOS.
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