La entrada (o escrito) número 239 en este blog corresponde a la entrada de la aguja en mi brazo.
La verdad es que estaba bien poco interesado en el tema. Creo que por que uno ya no pesca mucho estas llamadas “campañas” de salud pública. En el fondo, si te pincharon cuando chico en el colegio bien, pero ahora ya grande, acercarte a un centro es más pega, o no más pega, pero si es más caro en términos de tiempo, pues es uno quien debe programarse y asistir al centro X que dispense la vacuna (otro tema importante pues en mi caso no tenía claridad de donde podía hacerlo).
Otro punto que me interesaba antes de ir (el último día de campaña por supuesto) era el tema del alcohol, pues no tenía la certeza de que pudiere beber algunos mostos en las horas venideras, y era un tema importante considerando el almuerzo de hoy, la tarde de mañana celebrando a los tíos, la noche de mañana celebrando a Alvear y la tarde del domingo, refrescando la pichanga. Fui explicito y claro para preguntarle a la enfermera si podía beber, me respondió que si, que si podía, pero moderado. Respuesta que es sideralmente distinta a la que le dieron a Alberto (el primo del post anterior), que le dijeron que lisa y llanamente no podía beber por una semana.
Si pudiera determinar el tono en el que me lo comunicó la enfermera, debí haberme quedado tranquilo inmediatamente, pues me dijo, “si puede, pero moderado”, pero que en el fondo es el discurso socialmente correcto que lanzan los profesionales de la salud ante los vicios éticamente permitidos (“si, puede tomarse sólo una copita, o un poco más mientras sea moderado”). El punto es que tan contrapuestas eran las versiones al respecto que estuve un buen rato procrastinando buscando una respuesta en Internet. Y se hizo la luz. Un sitio peruano tenía una cantidad interesante de preguntas y respuestas, así también uno argentino y uno chileno. Destaco el peruano, pues era un sitio relativamente oficial. Efectivamente, no está contraindicado. Por lo tanto la primera prueba fue el almuerzo del día de hoy acompañado de un par de copas de J. Bouchon.
No comentaré acerca de la necesidad de la vacuna, puesto que eso, claramente derivaría en una crítica a un pseudo control de natalidad o a una ineficiencia de algún gobierno anterior, o lo que sea. Por otra parte, al parecer el no haberlo hecho, podía tener consecuencias insospechadas en algún futuro hijo. Punto que claramente, no entra en discusión.
Parabienes especiales y sin rubéola al tío Ale, de natalicio ayer, y a la Bascur, de natalicio el día de hoy.
La verdad es que estaba bien poco interesado en el tema. Creo que por que uno ya no pesca mucho estas llamadas “campañas” de salud pública. En el fondo, si te pincharon cuando chico en el colegio bien, pero ahora ya grande, acercarte a un centro es más pega, o no más pega, pero si es más caro en términos de tiempo, pues es uno quien debe programarse y asistir al centro X que dispense la vacuna (otro tema importante pues en mi caso no tenía claridad de donde podía hacerlo).
Otro punto que me interesaba antes de ir (el último día de campaña por supuesto) era el tema del alcohol, pues no tenía la certeza de que pudiere beber algunos mostos en las horas venideras, y era un tema importante considerando el almuerzo de hoy, la tarde de mañana celebrando a los tíos, la noche de mañana celebrando a Alvear y la tarde del domingo, refrescando la pichanga. Fui explicito y claro para preguntarle a la enfermera si podía beber, me respondió que si, que si podía, pero moderado. Respuesta que es sideralmente distinta a la que le dieron a Alberto (el primo del post anterior), que le dijeron que lisa y llanamente no podía beber por una semana.
Si pudiera determinar el tono en el que me lo comunicó la enfermera, debí haberme quedado tranquilo inmediatamente, pues me dijo, “si puede, pero moderado”, pero que en el fondo es el discurso socialmente correcto que lanzan los profesionales de la salud ante los vicios éticamente permitidos (“si, puede tomarse sólo una copita, o un poco más mientras sea moderado”). El punto es que tan contrapuestas eran las versiones al respecto que estuve un buen rato procrastinando buscando una respuesta en Internet. Y se hizo la luz. Un sitio peruano tenía una cantidad interesante de preguntas y respuestas, así también uno argentino y uno chileno. Destaco el peruano, pues era un sitio relativamente oficial. Efectivamente, no está contraindicado. Por lo tanto la primera prueba fue el almuerzo del día de hoy acompañado de un par de copas de J. Bouchon.
No comentaré acerca de la necesidad de la vacuna, puesto que eso, claramente derivaría en una crítica a un pseudo control de natalidad o a una ineficiencia de algún gobierno anterior, o lo que sea. Por otra parte, al parecer el no haberlo hecho, podía tener consecuencias insospechadas en algún futuro hijo. Punto que claramente, no entra en discusión.
Parabienes especiales y sin rubéola al tío Ale, de natalicio ayer, y a la Bascur, de natalicio el día de hoy.