Y todo partió el viernes en la tardecita. Cuando iba camino al estadio.
Como andaba con la albiceleste, la mayoría de la gente me miraba extraño, casi diría con odio.
Ya en el frío estadio de La Florida la cosa cambió. Casi llegamos a abrir el estadio con Pelao. Y el hombre se empezó a empapar de Academia cuando todo el mundo lo saludaba calidamente. La noche no pudo empezar de peor forma, un mal saque del arquero se transformó en un gol que a la larga se transformaría en impotencia, pues el equipo de Talagante se refugió en el fondo y a punta de patadas y groseras actuaciones sólo nos dio la chance de empatar un partido que debió ser goleada. Lamentable y triste repartición de puntos.
Y tristeza que sólo fue menguada en parte en el Rincón Albiceleste. A sólo media cuadra de la casa de Teno, y primera vez que entraba. El hombre se dio cuenta de que se había perdido el palacio que cualquier fanático del fútbol necesita y desea como alimento. Desde los buenos botellones del pésimo 120 hasta los perniles y empanadas que elabora Don Pepe.
Pronto vendría el fallido encuentro con Ricardo, quien el día de su cumpleaños se perdió el abrazo afectuoso y sincero de Calvo y quien suscribe. Sin embargo estamos más que seguros que oportunidad no faltará, sino muy por el contrario, vendrán muchas más.
Sábado cumple de la Cony, mi hermana. Buena reunión familiar. Buenas risas, harto picoteo y buenos vinos. Por la noche reencuentro sms con López, quien era acompañada por los ronquidos de la bitch de Lupe, mientras yo veía por el cable una pésima y olvidable película de JLo.
Domingo flojazo. Amanecí con los lolitos de la roja, y debo reconocer de que a pesar de que ganaron, no pude disfrutar el triunfo. Ese tercer lugar me dejó una mezcla de impotencia y sinsabor en la boca del estómago y de verdad que eso no era lo que merecían. Estos tíos debían ser campeones, pero putos argentos tienen más oficio.
19 de Diciembre de 1971. Que groso cuento de Fontanarrosa. Al tipo nunca lo había leído y me pareció de otro planeta el cuento este. Tuvo que morir para animarme a leerlo. Bueno.
Me acabo de cortar el pelo. (me tomé unas 2,5 horas de almuerzo) y siento que soy otro. Es especial esto que me pasa con el pelo. Cada vez que me lo corto, siento que parto una nueva etapa. Lo complejo es que siempre quedo igual y el puto destino cada día parece que se vuelve un tantito más perro conmigo. El punto es que ya me aburrí de andar odioso por la vida. Y desde hace unas dos horas, por lo menos, he sonreído. Lo que a la larga es un buen avance.
Hoy en la noche, se vienen la Tallarinata (o como se le llame a una gran cantidad de pastas, con una buena cantidad de vino, buena cantidad de salsas y buena compañía). Mañana, al parecer, habrá buen tema para el blog.
Ya llevo escritas 512 palabras (sin contar este párrafo), todo un record para las últimas semanas sin mucho afán. Saludos.
Como andaba con la albiceleste, la mayoría de la gente me miraba extraño, casi diría con odio.
Ya en el frío estadio de La Florida la cosa cambió. Casi llegamos a abrir el estadio con Pelao. Y el hombre se empezó a empapar de Academia cuando todo el mundo lo saludaba calidamente. La noche no pudo empezar de peor forma, un mal saque del arquero se transformó en un gol que a la larga se transformaría en impotencia, pues el equipo de Talagante se refugió en el fondo y a punta de patadas y groseras actuaciones sólo nos dio la chance de empatar un partido que debió ser goleada. Lamentable y triste repartición de puntos.
Y tristeza que sólo fue menguada en parte en el Rincón Albiceleste. A sólo media cuadra de la casa de Teno, y primera vez que entraba. El hombre se dio cuenta de que se había perdido el palacio que cualquier fanático del fútbol necesita y desea como alimento. Desde los buenos botellones del pésimo 120 hasta los perniles y empanadas que elabora Don Pepe.
Pronto vendría el fallido encuentro con Ricardo, quien el día de su cumpleaños se perdió el abrazo afectuoso y sincero de Calvo y quien suscribe. Sin embargo estamos más que seguros que oportunidad no faltará, sino muy por el contrario, vendrán muchas más.
Sábado cumple de la Cony, mi hermana. Buena reunión familiar. Buenas risas, harto picoteo y buenos vinos. Por la noche reencuentro sms con López, quien era acompañada por los ronquidos de la bitch de Lupe, mientras yo veía por el cable una pésima y olvidable película de JLo.
Domingo flojazo. Amanecí con los lolitos de la roja, y debo reconocer de que a pesar de que ganaron, no pude disfrutar el triunfo. Ese tercer lugar me dejó una mezcla de impotencia y sinsabor en la boca del estómago y de verdad que eso no era lo que merecían. Estos tíos debían ser campeones, pero putos argentos tienen más oficio.
19 de Diciembre de 1971. Que groso cuento de Fontanarrosa. Al tipo nunca lo había leído y me pareció de otro planeta el cuento este. Tuvo que morir para animarme a leerlo. Bueno.
Me acabo de cortar el pelo. (me tomé unas 2,5 horas de almuerzo) y siento que soy otro. Es especial esto que me pasa con el pelo. Cada vez que me lo corto, siento que parto una nueva etapa. Lo complejo es que siempre quedo igual y el puto destino cada día parece que se vuelve un tantito más perro conmigo. El punto es que ya me aburrí de andar odioso por la vida. Y desde hace unas dos horas, por lo menos, he sonreído. Lo que a la larga es un buen avance.
Hoy en la noche, se vienen la Tallarinata (o como se le llame a una gran cantidad de pastas, con una buena cantidad de vino, buena cantidad de salsas y buena compañía). Mañana, al parecer, habrá buen tema para el blog.
Ya llevo escritas 512 palabras (sin contar este párrafo), todo un record para las últimas semanas sin mucho afán. Saludos.
La canción de Pedro Aznar ochentero. Para ti que te gusta.
La foto es del baño del Red Bar o Bar Red. El día del desastre en Canadá.
2 comentarios:
es muy rancio ese baño la cago!!
tenia unos submarinos extraños
puafff!!
Suerte Mulechon!!
Algo me contaron del Viernes, me hubiese gustado verte! jajaja
Saludos Buen Hombre
Espero verte luego
Adios
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