Me aburrí de Cranberries

Mientras hablo con la Rivas, escucho Cranberries y saco estadísticas. Está obsesionada con que describa una situación. Quiere quedar anonadada con lo que escriba. Me dice que ella lo que ella busca al leer, es que le traspasen la emoción de lo descrito. En realidad no sé si este escrito revestirá algo de emoción, sin embargo creo con certeza que vuelco todo respecto a la conversa con Rivas, que aunque pareciera una conversa trivial, es sin duda un buen ejercicio cuasi-filosófico. Está achacada por que quien ella quiere que la vea como maravillosa, no se percata de ello. Le digo que es un perfecto imbécil. No obtengo respuesta. No sé si se enojó o que. Parece que fue “o qué”, pues me sigue escribiendo de la vida. En realidad no de la vida, sino de mi vida. Le gusta mi blog. (está bonito el diseño, pienso). Dice que rudo es “23”. Y si, si fue rudo, aunque más que escribirlo, lo duro fue la decisión de publicarlo, y es que no es fácil saber que puedes herir a alguien a quien le diste todo de ti hacía sólo un par de semanas, por muy tamizado que esté el escrito, no es fácil darle el enter. Pues publicar es desnudarse. Es decir algo que después no se puede desmentir (así como la fuente fidedigna de Foxley), pues lo escrito, escrito está. Y lo lean 2 personas (Rivas y Fuenzalida) o 100 mil (Ja!, ya me ofrecerían publicidad) uno ya se tiró a la piscina.
Ya se desconectó. (Se venden 360 Rockets diarios). (Me aburrí de Cranberries, puse Serú Girán). ¿Le gustará? Quizás.-