Humanum est

Estoy en estos precisos momentos hablando con Franchute. Sin duda alguna me sorprendió con sus palabras, sin embargo lo entiendo y empatizo con él. De una u otra forma a todos los hombres nos ha pasado alguna vez y es valedero (y crucial) reconocerlo y confiar en los amigos al respecto. A Franchute lo siento cercano, a pesar de estar al otro lado del Atlántico y a pesar de todas las diferencias ideológicas, creo que es de los pocos buenos buenos buenos amigos que tengo. Con el loco se puede tirar la talla y debatir. Y fundamental, crecer. Por que en definitiva eso es un cachamal de PP, un sinónimo de crecimiento.

En la mañana mientras venía en el Metro junto a otras mil personas no sabía que escribir. Sabía que no había actualizado el blog con las actividades de Fin de Semana, y ya encontraba medio descontextualizado escribir acerca de la obra de la Paulita o acerca del Departamento o de la pichanga dominguera.

Ya me quiero mudar definitivamente, el sábado llevé todos mis discos, que eran más de los que recordaba, ayer empecé a hacer algunos muebles (si, "el carpintero Barraza") y hoy me traje algunos libros en la mochila. En el fondo es ir haciendo patria de a poco en mi próxima morada.

Está bueno el proceso que estoy viviendo, de hecho el puto romadizo de verano que tengo conmigo, no ha menguado en forma alguna mis ánimos y fuerza.

Cambiaré la canción de Davicho, no sé si la habrán escuchado, espero que si, por que ese socio es muy buena tela como para no escucharlo.

Finalmente escribí incluso más de lo que había pensado.

Se vienen buenos tiempos, o en rigor, estoy en buenos tiempos.